La gran mayoría de tratamientos antipiojos presentes en el mercado tienen como principios activos insecticidas como el malatión y la permetrina que son disruptores endocrinos. También algunos tratamientos naturales, como el árbol de té, pueden afectar al sistema hormonal de los niños y niñas.
Es importante conocer tratamientos pediculicidas realmente inocuos ya que las niñas y los niños son el grupo de población más vulnerable a los contaminantes hormonales.
Consejo 1: Evita los insecticidas
Deben evitarse los preparados de insecticida que tienen como principio activo tóxicos como el organofosforado malatión, el piretroide permetrina o el cancerígeno lindano, ya que todos son contaminantes hormonales relacionados con daños al desarrollo neuronal, la diabetes y cánceres en tiroides, óvulos y testículos, entre otros efectos adversos.
Aunque los fabricantes calculan una concentración con la que pretenden que la «dosis» se considere segura, al tratarse de disruptores endocrinos no existe dosis de exposición 
segura. La exposición a cualquier pequeña cantidad de un contaminante hormonal puede generar efectos adversos ya que, al igual que las hormonas, bastan pequeñas cantidades de un disruptor endocrino para causar daños a la salud.
Además, estos daños son especialmente graves e incluso irreversibles en el caso de niños y niñas, principales usuarios de estos tratamientos. Y por supuesto, para el feto si hay exposición intrauterina a través de la madre. Es lógico, porque en estas «ventanas de vulnerabilidad» las hormonas cumplen labores fundamentales, desde marcar el inicio de la pubertad hasta la formación de órganos dentro del útero materno.
En la siguiente figura se puede observar cómo hasta la etapa post natal hay sistemas, como el nervioso, el inmunitario y el reproductor, que se encuentran en formación y en las que la exposición a disruptores endocrinos puede causar graves efectos adversos (fuente: Estado de la ciencia de los disruptores endocrinos, PNUMA 2012)
Consejo 2: Evita los tratamientos con aceites de árbol de té y lavanda.
Existen estudios que muestran que estos aceites tienen actividad estrogénica y antiandrogénica. Aunque aún debe investigarse más, se recomienda utilizar otros métodos alternativos existentes.
Podemos seguir las recomendaciones del Servicio de Pediatría del Hospital Universitario Virgen de la Arrixaca, de la especialidad de Salud Medioambiental:
- Mantén una higiene adecuada y realiza cepillados frecuentes y preventivos.
- Busca indicios de picaduras y/o liendres detrás de las orejas
- Peina cuidadosamente el pelo previamente untado de acondicionador. También se puede utilizar vinagre de manzana. Puedes descargar la información aquí.
- Lava a alta temperatura todas las toallas o sábanas en contato con el pelo para evitar la propagación.
Los niños expuestos a insecticidas en casa tienen una probabilidad entre un 43 y un 47% mayor de padecer leucemia o linfoma que los niños no expuestos, según desvela un análisis publicado en la revista “Pediatrics”, así que mejor evitar estas sustancias siempre que sea posible.
Visita nuestro nuevo blog www.libresdecontaminanteshormonales.org 
Hola, esos estudios que mencionáis sobre el aceite de lavanda y árbol del té, hay que analizarlos más allá de la apariencia, ya que se valoraron efectos de productos de cosmética convencional que suelen estar cargados de disruptores hormonales, y que además daba la casualidad de que llevaban trazas de estos aceites esenciales. Vamos, que decir que un champú cargado de parabenos y ftalatos es disruptor porque lleva media gota de lavanda es absurdo, pero todos sabemos que los estudios se pueden enfocar hacia donde interese.
Por otro lado, sí que sería importante analizar el posible efecto disruptor hormonal de los aceites esenciales, causado por los posibles residuos que hayan acumulado derivados de los plásticos con los que han en contacto. Los aceites esenciales corroen fácilmente el plástico, y vemos como muchos laboratorios los almacenan en plástico, además de que los envases en los que se venden suelen tener siempre un elemento plástico. Por lo tanto, cabe preguntarse cuántos aceties esenciales pueden estar dando efectos de disrupción hormonal no por el aceite esencial en sí, sino porque se han contaminado con los plásticos con los que están o han estado en contacto. Saludos
Me gustaMe gusta
Estoy de acuerdo con Fátima. Os invito a leer este otro artículo que critica el artículo de Henley (al cual nos llevas con tu artículo en la palabra «estudios»):
Haz clic para acceder a Carson-et-al-Reprod-Toxicol-2014-pre-print-online.pdf
Un saludo
Bea
Me gustaMe gusta