Seguimos recogiendo firmas contra el glifosato

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La Comisión Europea propone permitir plaguicidas disruptores endocrinos ilegales

El 30,2% de las poblaciones de ortópteros están en declive en Europa (UICN)
El 30,2% de las poblaciones de ortópteros europeos están en declive (UICN)

La Comisión Europea propone legalizar los plaguicidas disruptores endocrinos que afecten al sistema hormonal de organismos distintos a aquellos que son su objetivo, si pertenecen al mismo filo.
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Microplásticos: un peligro para la vida marina y humana

Los microplásticos de ciertos cosméticos, como cremas exfoliantes y de la ropa sintética, contaminan los océanos e introducen contaminantes hormonales en la cadena alimentaria marina.

Un estudio de la Universidad de Melbourne muestra que los microplásticos pueden ser un vector de contaminación química de la cadena alimentaria que aumenta la exposición humana a contaminantes hormonales como los PDBE (polibromodifenil éteres), cuya exposición se relaciona con problemas en la glándula tiroides.   

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Imagen del estudio de la U. de Melbourne. Los PBDE se concentran en los microplásticos y se transfieren al zooplancton

Los contaminantes se adsorben en las partículas de microplástico. Los pequeños organismos de zooplancton ingieren los microplásticos al confundirlos con comida. Pero junto con los microplásticos, introducen y transfieren a sus organismos una mayor cantidad de contaminantes hormonales como los PBDE. El zooplancton se encuentra casi en la base de la cadena alimentaria marina, por lo que multitud de especies se alimentan de ellos, aumentando el riesgo de que los contaminantes lleguen hasta el ser humano.

Los microplásticos son pequeñas partículas de plástico de menos de 5 milímetros que contaminan los océanos de todo el planeta. Fueron investigados por primera vez en 2004 por un equipo de la Universidad de Plymouth, que demostró que los microplásticos contaminan todos los océanos, hasta entornos aislados, como las aguas del Ártico.

Los microplásticos tienen estos orígenes principales:

En primer lugar, los productos cosméticos como jabones exfoliantes que añaden deliberadamente los microplásticos como «microesferas» o micropartículas.

En segundo lugar, se forman por degradación de plásticos de mayor tamaño.

También pueden liberarse como microfibras de plástico al lavar ropa sintética, como indica esta investigación, otro motivo más para elegir las fibras naturales antes que las sintéticas.

Según el Doctor Thomson, de la Universidad de Plymouth:

«Los plásticos contienen una gran variedad de tóxicos potenciales añadidos durante su fabricación (monómeros, bisfenol-A, ftalatos, retardantes de llama y antimicrobianos) que son liberados al medio ambiente. Estos químicos pueden ser transferidos al ser humano a través de, por ejemplo, los envases de plástico utilizados para bebidas o comida, plásticos utilizados en utensilios médicos y juguetes de plástico. Por lo tanto, existe el peligro de que los fragmentos de plástico con estos tóxicos sean ingeridos por organismos marinos (Koch & Calafat 2009; Lang et al. 2008; Meeker et al. 2009; Talsness et al. 2009). Además, los restos de plásticos pueden adsorber tóxicos persistentes y bioacumulables, incluidos los compuestos orgánicos persistentes presentes en los océanos por otras fuentes. En pocas semanas, estas sustancias pueden encontrarse en la superficie del microplástico en varios órdenes de concentración superior a los del agua circundante». (Hirai et al. 2011; Mato et al. 2001; Rios et al. 2010; Teuten et al. 2009).

¿Qué puedes hacer?

Puedes evitar la generación de microplásticos eligiendo productos que no los contengan.

Para evitar tu exposicion a los contaminantes hormonales que se encuentran en los peces, no consumas demasiado pescado graso, ya que los tóxicos se acumulan en la grasa de los animales marinos. Se aconseja una ración de pescado graso a la semana. 

California ha aprobado una ley que prohibirá la presencia de microesferas a partir del 2020. Holanda, Bélgica, Austria y Suecia han propuesto que Europa prohíba los microplásticos en sus productos como máxima prioridad.

Otro material de referencia: Basura marina como problema mediambiental global, Richard C. Thompson (University of Plymouth, United Kingdom), Bruce E. La Belle (California Environmental Protection Agency, United States), Hindrik Bouwman (STAP, North-West University, South Africa), and Lev Neretin (STAP).

El peligro de un Ebro estrogenizado

Mapa de la Red de Control de Sustancias Peligrosas
Mapa de la Red de Control de Sustancias Peligrosas

El informe anual de la Red de Control de Sustancias Peligrosas de la Confederación Hidrográfica del Ebro, publicado en diciembre de 2015, muestra un río gravemente contaminado por alteradores hormonales: un río estrogenizado. Y datos semejantes se repiten en otros ríos de la Península.

Los tóxicos analizados superaron los límites de referencia legales en el 14,7% de las 4.421 muestras tomadas en 2014. Hasta aquí, son datos preocupantes, pero lo son más si recordamos que, para los alteradores hormonales, NO EXISTEN VALORES DE EXPOSICIÓN SEGURA. Estas sustancias son peligrosas a cualquier concentración y la única solución es eliminarlos del medio.

Véase el Informe Red Control Sustancias Peligrosas CHE 2014 – web

Disruptores endocrinos (EDCs) en un río que abastece a 5.000 poblaciones

El informe desvela que en el Ebro hay una mezcla compleja de varias decenas de contaminantes hormonales, en un agua que abastece a tres millones de personas y que se utiliza en el regadío de 906.000 hectáreas, así como en ganadería y piscifactoría.

Así que tanto la población como los ecosistemas están expuestos a tóxicos que interfieren en el funcionamiento normal de las hormonas a dosis extremadamente bajas, precisamente, a las dosis a las que actúan las hormonas a las que “imitan”, y que pueden producir efectos crónicos que aparecen meses o incluso años después de la exposición.

Para los contaminantes hormonales, no existe nivel de exposición segura: pueden causar daño a cualquier concentración, como muestran numerosos informes internacionales, entre ellos el de PNUMA (ver informe). Además, al tratarse de una mezcla compleja, su toxicidad puede verse potenciada.

Véase el informe Kortenkamp al respecto.

Lindano y otros pesticidas clorados

Uno de los contaminantes hormonales que ha superado los límites legales en el agua, en los sedimentos y en la biota (peces) tanto en el río Gállego, como en los puntos de muestreo de Zadorra, Presa de Pina y Ascó, es el  lindano o hexaclorociclohexano (HCH). Esta contaminación expone a los ecosistemas y a la población a daños en el sistema endocrino, con efectos adversos en el desarrollo fetal y el crecimiento, reducción en el número de espermatozoides y de los niveles de testosterona. A estos daños debemos sumar los daños al hígado, al sistema inmunológico y al ADN. Sin olvidar que la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) ha clasificado el alfa, beta y el gamma HCH como posibles cancerígenos para los seres humanos. Ver post con la decisión de la IARC este verano.

Pero el lindano no es el único pesticida organoclorado presente en el Ebro. El informe muestra la presencia de otros pesticidas, como el DDT. Estudios recientes relacionan la exposición a plaguicidas organoclorados con hipotiroidismo (ver estudio), cáncer de mama (ver estudio), malformaciones del tracto urogenital de niños expuestos en el útero materno (ver estudio) y también con problemas de fertilidad masculinos.

 

Un cóctel de disruptores endocrinos: pesticidas, COVs, PAHs y metales pesados

Además de sustancias organocloradas, como hexaclorobenceno o pentaclorobenceno, en las muestras analizadas se encontraron hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP). Algunos, como el naftaleno o el antraceno, son sustancias cancerígenas y neurotóxicas. También se han encontrado contaminantes orgánicos volátiles (COV) cancerígenos como el benceno y tóxicos para la reproducción como el tolueno, el etilbenceno y los xilenos.

Y por último, es importante la presencia de metales pesados, algunos con efectos cancerígenos (arsénico, cadmio, cromo, plomo, níquel), otros neurotóxicos (mercurio, plomo), y otros tóxicos para la reproducción (plomo, cadmio, mercurio).

Las sustancias organocloradas, los HAP y los metales pesados se caracterizan, además de por su toxicidad, por su persistencia en el medio, esto es, por su tardanza en degradarse y por ser bioacumulables: se almacenan en los tejidos grasos de los seres vivos, donde pueden permanecer decenas de años. Así, los peces que viven en un río contaminado con estas sustancias presentan concentraciones mucho más elevadas que las presentes en el agua, los animales que se alimentan de estos peces, a su vez, acumulan una mayor concentración. Y las personas, que estamos en la cima de la cadena alimentaria, vamos acumulando estos contaminantes en nuestras grasas.

Muchas de estas sustancias son también muy tóxicas para los organismos acuáticos y para la fauna silvestre, como vimos en un post anterior. Ver post

Imprescindible reducir la exposición

Es urgente exigir a las autoridades medidas para reducir la exposición de la población y el medio ambiente a estos tóxicos. Se deben limpiar las zonas en las que se han vertido residuos, tanto de pesticidas como de químicos industriales.

Sería adecuado, dado el nivel de contaminación, desarrollar programas de biomonitorización que hicieran un seguimiento en el tiempo de las concentraciones corporales de estos tóxicos en un grupo representativo de la población expuesta. Los resultados nos indicarían, también, si las labores de descontaminación están siendo efectivas.

Interesante artículo sobre los residuos de lindano en Sabiñánigo

 

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32 contaminantes endocrinos que Europa debe abandonar

 

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ChemSec, socio de Ecologistas en Acción en la campaña EDC-Free Europe en la lucha contra los contaminantes hormonales, ha elaborado la lista de contaminantes hormonales (EDCs) más completa de la actualidad.

La lista llamada SIN List (de Substitute It Now! o ¡Sustitúyelo Ahora!) informa sobre 32 tóxicos requieren una actuación inmediata con el objetivo de que las autoridades los regulen lo antes posible y la industria investigue si usan estos químicos en sus procesos y los sustituyan.

Los contaminantes hormonales o disruptores endocrinos, (EDC) son sospechosos de causar graves enfermedades relacionadas con la reproducción y el desarrollo, daños metabólicos, problemas en el sistema inmune y neurológico, problemas tiroideos y cáncer en órganos dependientes de las hormonas, entre otros. La atención a estas enfermedades cuesta millones de euros cada año en Europa. Sin embargo, las autoridades europeas aún no han llegado a un acuerdo de cómo regular estas sustancias tóxicas. El primer paso para la regulación es fijar los criterios de qué es un disruptor endocrino, EDC, y los lobbies empresariales presionan para que esta decisión se retrase lo suficiente como para que entre en vigor el TTIP, que rebajaría el control de estas sustancias peligrosamente.

ChemSec ha creado la lista “SIN List” con los 32 contaminantes hormonales que la organización ha identificado como Sustancias de Elevado Nivel de Preocupación (SVHC) debido a sus características como disruptores endocrinos, siguiendo los criterios del Reglamento REACH de sustancias químicas. Para la evaluación de las sustancias ha colaborado con científicos y ONGs y se ha realizado un estudio caso por caso, basado en un amplio número de estudios. Así, ChemSec quiere acelerar el  proceso de regulación, al mismo tiempo que muestra un posible escenario futuro, por lo que es una herramienta para aquellas empresas que quieren saber qué sustancias tienen que eliminar de sus procesos sustituyéndolas por alternativas.

Las sustancias que requieren acción inmediata son 6 tipos de ftalatos, de uso en plásticos y cremas, bisfenoles usados en productos de plástico, benzofenonas presentes en cremas de sol y tintas, parabenos de uso como conservantes de cremas y jabones, entre otros.

En el documento aparecen también sustancias que, además de ser EDC, tienen otras propiedades peligrosas, como el BPA que  es tóxico para la reproducción, o el octilfenol y sus etoxilatos, que son persistentes, por ejemplo.

Podéis descargaros el Documento SINList aquí

Cóctel de contaminantes hormonales en nuestras aguas

Los ecosistemas acuáticos están contaminados de alteradores hormonales

En un post anterior, veíamos que nuestras aguas continentales y marinas están cinco veces más contaminadas que las europeas por Nonilfenol (NP), un contaminante hormonal o disruptor endocrino (EDC). Pero, en nuestras aguas no sólo hay contaminantes procedentes de los detergentes, sino también procedentes de pesticidas, jabones, plásticos o cosméticos. Es decir, en nuestras aguas tenemos un auténtico cóctel de tóxicos, con efectos aún desconocidos. Continuar leyendo «Cóctel de contaminantes hormonales en nuestras aguas»