Reducir el uso de insecticidas en casa, para evitar el cáncer infantil

Colonia con DDT
Colonia con DDT

Los niños expuestos a insecticidas en casa pueden tener un riesgo mayor de desarrollar leucemia y linfoma, según desvela un análisis publicado en la revista “Pediatrics”.

Tras revisar 16 informes científicos publicados en la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, el análisis concluye que los niños expuestos a insecticidas en sus casas pueden tener una probabilidad entre un 43 y un 47% mayor de padecer leucemia o linfoma que los niños no expuestos. Continuar leyendo «Reducir el uso de insecticidas en casa, para evitar el cáncer infantil»

Agroecología sí, pesticidas altamente peligrosos, no!

Foto de www.ipen.org
Alianza Global para eliminar los Pesticidas Altamente Peligrosos. Foto de http://www.ipen.org

Uno de los principales resultados de la Cuarta Conferencia Internacional sobre Gestión Química (ICCM4) celebrada la semana pasada, es el impulso para desarrollar una estrategia global contra los «pesticidas altamente peligrosos», poniendo especial énfasis en la necesidad de utilizar alternativas agroecológicas, en lugar de reemplazar estos pesticidas peligrosos con otro tipo de pesticida industrial.  Continuar leyendo «Agroecología sí, pesticidas altamente peligrosos, no!»

Encuentran pesticidas en el 80% de las lechugas

Eh! ¿Pero qué ha comido mamá?
Ay! ¿Pero qué ha podido comer mamá? Investigación de Génération Futures

Générations Futures, socio de Ecologistas en Acción en la campaña contra los contaminantes hormonales EDC-Free, denuncia con su última investigación la presencia de pesticidas en las lechugas de venta en supermercados franceses. Continuar leyendo «Encuentran pesticidas en el 80% de las lechugas»

Cóctel de pesticidas en nuestros vinos

Por una alimentación sin contaminantes hormonales
Por una alimentación sin contaminantes hormonales

Hay pesticidas en los vinos españoles. Ése es uno de los resultados que desvela el estudio publicado por la Organización de Consumidores y Usuarios, OCU, este mes de julio, tras analizar las uvas de 325 vinos, 90 de ellos españoles. El 47% de los vinos españoles contienen restos de pesticidas y, más grave aún, un 6% de ellos contienen pesticidas ilegales según la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA en inglés).

Muchos pesticidas son contaminantes hormonales, también llamados disruptores endocrinos, ya que interfieren la función de nuestras hormonas y provocan graves enfermedades, como disfunciones tiroideas, malformaciones, disminución de la fertilidad y cáncer. La principal exposición humana a este peligro es a través de la comida, en este caso, el vino.

Aunque el estudio nos intenta tranquilizar al concluir que los niveles de pesticidas se encuentran por debajo de los límites marcados por Europa, según los expertos, para los contaminantes hormonales no existe el concepto de «umbral mínimo» o cantidad a partir de la cual aparece un efecto. Si hay pesticida, hay peligro. No nos sirve que la Comisión Europea fije un valor límite para un pesticida, el único valor admisible es cero.

Además, otro resultado preocupante es que el 70% de los vinos contaminados tienen más de un pesticida, alguno hasta 7, lo que supone un verdadero cóctel cuya acción combinada es impredecible.

Según los últimos Eurobarómetros, la presencia de tóxicos en la comida es la principal preocupación alimentaria de los consumidores españoles. Pues bien, la solución es fácil: consumir vinos ecológicos, sin pesticidas e identificados con esta etiqueta.

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Así, además de evitar los contaminantes hormonales, premiamos a los productores que se preocupan por nuestra salud y la del medio ambiente.

Por último, debemos exigir a la Comisión Europea y al Gobierno que tomen medidas reales para evitar envenenamiento de nuestra comida y productos de uso habitual, proporcionando información a la población y eliminándolos de nuestro entorno. Ese es el objetivo de nuestra campaña «Libres de contaminantes hormonales»

la OMS clasifica el lindano como «cancerígeno para los seres humanos»

Fábrica abandonada de Inquinosa en Sabiñánigo. Foto de Jesús Fernández
Fábrica abandonada de Inquinosa en Sabiñánigo. Foto de Jesús Fernández

La  Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés), que depende de la Organización Mundial de la Salud, cede a las evidencias científicas y clasifica el insecticida lindano como «cancerígeno para los seres humanos», dentro del Grupo 1, donde se encuentran los contaminantes más peligrosos.

Según la IARC, «los grandes estudios epidemiológicos de las exposiciones agrícolas en Estados Unidos y Canadá mostraron un mayor riesgo de Linfoma No Hodgkin en las personas expuestas al lindano, hasta un 60 por ciento más».

El lindano (γ-isómero del hexaclorociclohexano) es un Compuesto Orgánico Persistente, que se absorbe por cualquier vía, se acumula, no se biodegrada y causa múltiples daños, como tumores o alteración del funcionamiento hormonal. Y es peligroso a bajísimas concentraciones, no hay que olvidar que se creó precisamente para eso…

Este insecticida se utilizó extensamente hace años para el control de plagas en agricultura y para matar piojos en humanos. Aunque se prohibió su uso en Europa, en España tenemos el «honor» de tener unas de las zonas más contaminadas con lindano del mundo. Y esto se debe a que las empresas productoras, como Inquinosa, depositaron durante años los residuos de su producción en vertederos no preparados y sin autorización. Las consecuencias de aquellos delitos las sufren ciudadanos como los de Barakaldo, donde 100.000 familias han estado expuestas durante años al lindano que contaminaba el agua potable de sus grifos. O los de Sabiñánigo, en cuyos vertederos Inquinosa abandonó de 115.000 y 160.000 toneladas de residuos tóxicos, amenazando al río Gállego y al Ebro. O los del pueblo de Porriño en Vigo, en donde se construyeron casas de protección oficial sobre un vertedero ilegal de lindano. O los de Borobia, en Soria, en donde escondieron grandes cantidades de este pesticida y ahora sale por los manantiales. Por cierto, ninguna empresa ha pagado la descontaminación de esas zonas.

Esperamos que la nueva clasificación del lindano por la IARC, que debe ser tenida en cuenta por las autoridades, pueda ser utilizada para forzar a las administraciones a tomar medidas reales de protección de la población y el entorno. No se puede seguir escondiendo el lindano debajo de la alfombra.

La preocupación por los contaminantes hormonales vuelve al Parlamento Europeo

Cartel del evento celebrado el 30 de junio de 2015
Cartel del evento celebrado el 30 de junio de 2015

Una mesa redonda permite que los miembros del Parlamento Europeo pregunten directamente a científicos sobre los peligros de los contaminantes hormonales.

El objetivo de la Red de Acción sobre Pesticidas, en inglés Pesticide Action Network (PAN) al promover este evento es acelerar la regulación de los contaminantes hormonales, también conocidos como disruptores endocrinos.

Como sabemos, estos tóxicos preocupan a la comunidad científica y a la población ya que, al interferir el funcionamiento de las hormonas, afectan seriamente a nuestra salud a dosis extremadamente bajas, causando daños en el sistema endocrino, problemas reproductivos y cáncer. Y se encuentran a nuestro alrededor, en envoltorios de plástico, juguetes, resinas, cosméticos, utensilios médicos o en pesticidas.

Precisamente, los pesticidas son los contaminantes hormonales con un inicio de regulación en Europa, con tres Reglamentos que los lobbies industriales se han encargado de detener. Como es lógico, para prohibir cualquier sustancia, primero hay que identificar sus características, definirla. De este trabajo se encargaba un grupo de expertos de la Comisión que presentó un borrador en 2013, pero se bloqueó con la excusa  de que era necesario realizar un informe de impacto. Este informe, que aún se está realizando, consigue el propósito de la industria al retrasar la aplicación de la normativa y utilizar métodos que pueden fallar en la detección de estos químicos. En resumen, en lugar de avanzar se ha ido hacia atrás en la lucha contra los contaminantes hormonales.

Por esta razón, la Red de Acción contra los Pesticidas, gracias a Nicola Caputo, miembro del Parlamento, ha organizado esta mesa redonda en el Parlamento el día 30 de junio. Allí se presentaron a los miembros del Parlamento los criterios de identificación de expertos científicos en un intento de hacer presión para acelerar el proceso de regulación, no sólo de los pesticidas sino de todos los contaminantes endocrinos.

La contaminación ambiental puede favorecer a las especies invasoras

Un estudio liderado por el CSIC ha descubierto que la contaminación ambiental puede favorecer a las especies invasoras. El trabajo, publicado en la revista Acuatic Toxicology, describe por primera vez cómo influye un pesticida (el clorpirifós) presente en ecosistemas de aguas salinas en el proceso invasivo del pequeño crustáceo Artemia franciscana, empleado en acuicultura.

“Hemos visto que la tolerancia al tóxico por parte de la especie invasora A. franciscana, así como su mayor éxito reproductivo y su capacidad de adaptación, le dan ventajas frente a la especie autóctona A. parthenogenetica. Esos factores pueden desempeñar un papel clave en el proceso de invasión cuando un contaminante ambiental crea presión selectiva”, explica el investigador del CSIC Juan Carlos Navarro, del Instituto de Acuicultura Torre de la Sal.

El estudio se ha realizado utilizando microcrustáceos del género Artemia, que incluye a varias especies gemelas bisexuales y partenogenéticas. Estas últimas pueden reproducirse a partir de células sexuales femeninas no fecundadas. Los huevos de resistencia de este crustáceo, denominados quistes, se utilizan en acuicultura y acuariofilia para, tras su eclosión, producir alimento vivo (plancton) con el que alimentar fases tempranas de organismos marinos.

“La comercialización de los quistes de A. franciscana, originaria del continente americano, ha favorecido su introducción, voluntaria o accidental en gran parte de ecosistemas hipersalinos del mundo, incluidos los de la Península Ibérica. En coexistencia con las formas autóctonas, A. franciscana tiene ventaja competitiva, y se comporta como una especie invasora”, añade Navarro.

Según este estudio, los mecanismos por los que la especie invasora desplaza a las autóctonas son todavía objeto de estudio, aunque ahora se sabe que el proceso invasivo puede encontrarse favorecido, entro otros, por la mayor resistencia de A. francsicana al tóxico (clorpirifós), su mayor supervivencia y una reproducción más eficiente.

El pesticida clorpirifós

Según se explica en la guía de la Endocrine Society sobre contaminantes hormonales, el clorpirifós es uno de los insecticidas organofosforados más usados en todo el mundo. Aunque se degrada más rápidamente que los plaguicidas organoclorados, puede ser persistente en algunas circunstancias. Su uso regular en campos y jardines puede causar su acumulación en el suelo, el agua, alimentos y el aire. También hay evidencias de que se puede acumular a lo largo de la cadena alimentaria y ha sido detectado incluso en peces del Ártico.

La exposición al clorpirifós durante el desarrollo está relacionado con trastornos hormonales y neurológicos. La exposición prenatal e infantil al clorpirifós está vinculada con el trastorno de déficit de atención con hiperactividad y con el deterioro del desarrollo de habilidades mentales y motoras en los niños pequeños. Muchos estudios con animales apoyan también el importante papel del clorpirifós como un tóxico para el desarrollo. Se sospecha que  las personas expuestas al clorpirifós podrían tener un mayor riesgo de diabetes de tipo 2 y de enfermedades cardiovasculares.

La mayor parte de los estudios sobre el clorpirifós están enfocados en su toxicidad sobre el sistema nervioso, pero están surgiendo informes sobre sus efectos en el sistema hormonal que sugieren que el clorpirifós altera el sistema de la hormona tiroidea.

A todos estos efectos negativos sobre la salud y el medio ambiente, habrá que añadir ahora el papel del clorpirifós en el avance de especies invasoras.

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Ejemplares de Artemia franciscana, la especie invasora favorecida por su mayor resistencia al pesticida clorpirifós. Imagen: CSIC.